lunes, 1 de septiembre de 2014

El lavavajillas, la lavadora y la Creación de Flujo



En estas vacaciones me encontré con dos situaciones domésticas asociadas con la agrupación previa a la ejecución o producción, el concepto de lote mínimo o frecuencia de producción, que con frecuencia se puede encontrar en las empresas.

En un caso se refería a querer esperar a llenar el lavavajillas en su totalidad antes de plantearse ponerlo en marcha y en el otro era referente a la ropa a lavar semanalmente que no se pudo realizar debido a que estaba a la espera de que se añadiera más ropa que coincidía con la clasificación habitual (pilas de color blanco, oscuro, color, delicado,…).

En el primer caso, el lavaplatos, coincidió una baja generación de platos y vasos sucios por lo que no llegaba a llenar el equipo (lote mínimo de producción), lo cual generó falta de disponibilidad de ciertos elementos de los que no disponemos de un stock elevado y la acumulación de elementos “no limpios” que pudieran llegar a generar malos olores

En el segundo caso, el esperarse a añadir más ropa procedente de las vacaciones a las pilas provocó saltarse un ciclo de lavado de fin semana (momento habitual de lavado) con lo que hubo que buscar momentos entre semana para poder lavar la ropa que se necesitaba más urgente (rotura de stock) y coordinarlo con la siguiente etapa del proceso que plantea una limitación, los días habituales de planchado.

Varias conclusiones: (extrapolando al mundo de la empresa)

- La espera a disponer del lote mínimo de producción o ejecución provoca que nuestro stock disponible o el lead-time necesario para su ejecución puedan no ser suficientes comparados con la demanda, que nos quedemos sin stock excepto si disponemos de un stock elevado, o que el proceso se retrase más allá de los plazos permitidos por el mercado.

- Todo el ahorro que pueda conseguir con la mejora de la productividad al agrupar, la puedo perder en forma de pérdida de servicio y urgencias fuera del estándar.

- Los lotes y frecuencias de ejecución son siempre barreras al modelo ideal que es el de flujo continuo de los productos y servicios. En cada paso que no se trata el pieza a pieza, el documento a documento, o el pedido a pedido provoca una acumulación, una barrera, que han de superar los nuevos inputs a éste punto del proceso, sumándose a los anteriores.

- Se sacrifica eficacia ( Lead-time del proceso o servicio)  a cambio de eficiencia (productividad). Hay más esperas para sortear cada barrera que genera el lote o frecuencia de producción de cada etapa del proceso a cambio de una mayor productividad local al agrupar tareas similares (por familia de producto, tipología de gestión, todo lo asociado a un cliente o proveedor, ,…).

Algunas recomendaciones:

- Enfoque al flujo de inicio al fin del proceso, al  lote unitario trabajando en el entorno industrial con el concepto pieza a pieza y en el mundo de la gestión según van llegando las necesidades de los clientes, del tipo que sean sin esperar a acumular unas cantidades o dando prioridades arbitrarias.

- Si no es posible trabajar todavía tal como planta el punto anterior, habrá que enfocar los esfuerzos hacia la reducción de los lotes mínimos de producción o a aumentar la frecuencia de realización de las actividades (cada cuanto se realiza la gestión) y para ello, detectar y eliminar o minimizar todas aquellas causas que lo generan: tiempos de cambio de utillajes, tiempos de limpieza,  tiempos de carga o descarga, tiempos de preparación de la documentación o información necesaria para la gestión, etc.

- Coordinar los diferentes pasos del proceso (operaciones) a realizar para que se coordinen entre ellas para trabajar con un mismo criterio, con velocidades y cadencias adecuadas para que el resultado final sea el más adecuado. Sirve de poco que una parte del proceso vaya muy rápido (generar las facturas dos veces al día) si el siguiente paso (envío de facturas a los clientes una vez al mes) no gestiona lo recibido con la misma velocidad/cadencia.

Para finalizar, la visión futura de los dos ejemplos sería el lavado de cada elemento del menaje que se ensucie y lavar la ropa  prenda a prenda. Mientras no sea posible, avancemos en reducir los lotes mínimos y aumentar las frecuencias de realización de las tareas. 

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