El post lo encabeza el último de los anuncios de una marca de coches, también se puede ver aquí, donde el leitmotive del mismo es el novedoso diseño basado en plantearse el porqué de ciertas reglas establecidas formal o informalmente, en este caso de un coche, y cómo presentar alternativas realistas a las mismas intentando aportar valores diferentes a un producto ya de por si muy estandarizado en el mercado.
Como es de suponer, en cualquier organización son necesarias las personas, las estructuras, los mecanismos que, de manera sistemática, se planteen el porqué de las reglas existentes, de las maneras de trabajar, de la definición existente de los procesos y operaciones que se realizan a diario.
Igualmente, en las empresas nos encontramos con que las personas que llevan haciendo las cosas de la misma manera durante muchos años son las que más dificultades tienen para detectar cosas que se están haciendo, que suceden en los procesos, como fuera de lo normal ya que son habituales en su día a día y ya se han “acostumbrado” a ellas.
Es muy habitual que cuando alguien entra en una organización, a visitarla o a trabajar en la misma, que se reproduzcan escenas en que esta persona empieza a hacer preguntas, que expresa en público o no, extrañado del porqué de ciertas situaciones, actividades, maneras de trabajar que visualiza ya que las encuentra extrañas, diferentes, la mayoría de las veces inadecuadas o ineficientes, debido a que nunca ha trabajado de esa manera.
La respuesta de las personas que están acostumbradas a trabajar en esas condiciones o a realizar esas actividades de esa manera es variada:
- Sorpresa/indignación de los que piensan que esa es la mejor manera que se puede realizar (y no existe ni existirá otra)
- Resignación de los que dicen que ya hace tiempo que lo pusieron en evidencia y no se les hizo caso (la empresa, dirección, sus responsables,…)
- Esperanza/Optimismo de los que aspiran a que se arregle en el futuro ya que participan del cambio que se quiere realizar
Hay que tener en cuenta que con el entorno tan cambiante en el que se mueven las empresas, las nuevas y diversas solicitudes de los clientes (tanto en productos, como en las condiciones de los mismos a nivel de calidad, plazo de entrega, costes,...) y el trabajo de la distinguida competencia necesitamos (todos) que aparezcan muchas preguntas en nuestras organizaciones que cuestionen todos los aspectos de la misma. De ahí surgirán muchas oportunidades para el futuro.
Tienes razón en que la rutina quizás nos vuelve "comodones" y dejamos de hacernos las preguntas típicas de cuando comienzas un trabajo (o cualquier acción). Pero yo también creo que el problema radica en la educación que recibimos. Desde pequeños nos acostumbran a memorizar y no plantear esas preguntas a las que haces mención. Tanto en la escuela como en el instituto nos hacen repetir las asignaturas hasta que recitamos de carrerilla, y se deja poco a plantear nuevos caminos. Quizás ya en la universidad si se trabaja algo más el aprender por uno mismo y buscar conocimientos, e incluso así creo que todo es demasiado estricto y definido.
ResponderEliminarA mi forma de ver es una laguna tremanda de nuestra formación.