lunes, 20 de febrero de 2017

¿Y si nunca tuvieramos un culpable contra el que disparar?

 
 
 
 
¿Y si nunca tuviéramos un culpable contra el que disparar?
¿Y si realmente nos centráramos en identificar el motivo por el que algo no deseado ha sucedido, poniendo empeño en evitar que se reproduzca?
¿Nos iría mejor?.

Me volví a acordar de este pensamiento hace unas cuantas semanas. Me encontraba disfrutando de una gran jornada de nieve con mi familia y unos amigos en la Hoya de la Mora en Sierra Nevada (antes que se me olvide, muy recomendable, un espectáculo de sitio para los "domingueros" amantes del trineo como yo). Durante el almuerzo, mi colega me contó una historieta en la que se había visto envuelto en la fabrica esa misma semana.

Es ingeniero de calidad en una empresa de fabricación de estructuras metálicas y le había llamado la atención uno de los rechazos por lo insólito del mismo. Al parecer, en una célula de ensamble, entre otras operaciones colocan un tornillo de sujeción entre dos piezas y para ello usan una herramienta que permite ajustar la presión con la que se debe efectuar el apriete. Hasta aquí poco problema verdad?
 
El operario que realiza dicho ensamble, debe seguir las instrucciones que están accesibles en el puesto y donde se describe el siguiente protocolo:
 
  1. Se muestra la ubicación en la que se encontrará señalizada y disponible la herramienta a utilizar. Ésta deberá estar colocada allí desde la última vez que se uso (5S).
  2. Tras identificar la herramienta, debe comprobar que la calibración de la misma sigue estando en vigor.
  3. Seguidamente, debe ajustar el par de apriete de acuerdo al valor indicado en las hoja de trabajo.
  4. Por último comenzar su sencillo ensamble que por supuesto viene cuidadosamente detallado en las instrucciones de trabajo que está consultando.
El problema surgió cuando el operari@ se ausentó de su posición durante el descanso programado. La primera pieza que montó tras su reincorporación se fracturó al realizar el ajuste. Cuando comprobó el par de apriete de su herramienta, éste mostraba 20 veces el valor prefijado anteriormente!. ¿Qué había podido pasar?, ¿Cuál había sido el error? y sobre todo
 
¿QUIÉN ERA EL CULPABLE?
 
Lo primero que hizo todo el mundo fue buscar al responsable de esta manipulación. Por supuesto, dado el coste de la estructura mecánica desechada, no apareció. Tal vez, al soltar la herramienta o al retomar la actividad, de forma involuntaria se cambiaron los parámetros. O quizás, realmente pasó una persona algo inexperta en labores de ensamble mecánico y tocó el útil sin conocer las consecuencias de su atrevimiento. El caso es que ya poco se podía hacer por dicha vía. Después perder un maravilloso tiempo divagando sobre quién pudo ser el responsable y cómo pudo hacerlo o con qué intención, intervino el área de calidad.

El enfoque de mi colega era claro, centrarse en hacer el proceso aún más robusto y prevenir este tipo de situaciones que es lo que realmente importa y dará resultados a futuro decía. El equipo se sentó a debatir y aquí os dejo algunas ideas que estaban planteándose tras un análisis conjunto (5W):
 
- Entre las primeras ideas que surgieron, apareció la menos recomendable desde mi punto de vista. Se quiso buscar al "culpable" a toda costa. Se planteó el visionado de videos de cámaras de seguridad!!! Lo cierto, es que según nos contó entre risas, esto no llego a consolidarse como opción real, aunque a más de uno le habría parecido bien, bromeaba.
 
- Hubo quien planteó comprar herramientas no configurables. Las herramientas estarían ajustadas según necesidad. Si contáramos con el instrumental adecuado, nunca se habría dado este caso. Además, como sabemos que la llave no se ha manipulado de manera accidental.
 
- Otros planteaban que la opción de tener herramientas fijas era inviable. Al parecer la cantidad de valores distintos que manejan en sus operaciones es tal que disponer de una herramienta para cada caso supondría una inversión considerable. Por lo tanto, la contrapropuesta formulaba que la solución debía ser que todas las herramientas se recogiesen antes de ausentarse del puesto durante el tiempo de descanso.
 
- Ante esto, algunos respondían que lo mejor es que las hojas de instrucciones se modificasen e indicasen que las herramientas debían revisarse/volver a ajustarse en cada incorporación al puesto, sin necesidad de tener que devolverlas a su sitio si el operario estaba reanudando la misma actividad que había estado haciendo anteriormente.
  

.... La historia seguía pero aquí tuvimos que dejarla. Lo cierto es que no pudimos terminarla porque pronto llegaron los postres y ya no hubo quien aguantase más a los niños lejos de los trineos!!.
 
Entre tanto, os animo a que os posicionéis respecto a las propuestas que planteaban. Podéis criticarlas, apoyarlas o plantear alguna otra si lo veis oportuno. Seguro que tenéis algún enfoque que no se ha recogido aquí.
 


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