lunes, 26 de enero de 2015

Velocidad de cambio



Aprovechando un artículo en la página web de Clipset (http://blogs.20minutos.es/clipset/) sobre la evolución del escritorio,“30 años de evolución del escritorio, del fax al Smartphone", pensé en recopilar algunas situaciones donde el cambio y la necesidad del mismo se habían hecho muy evidentes.

El primer caso fue durante una entrevista de trabajo, donde uno de los candidatos planteaba que uno de los principales motivos de querer abandonar su actual empresa era el inmovilismo continuado de la misma, sin querer avanzar en cambiar los métodos de trabajo, los recursos, etc. para poder adaptarse a los nuevos requerimientos, poder buscar otros nichos de mercado donde ser más competitivos, diferenciarse de la competencia o simplemente crecer. La dirección languidecía viviendo de las rentas del pasado, del modelo ya caduco, y de los esfuerzos, fuera del sistema, que hacían algunos de sus trabajadores con toda su buena voluntad.

Otro caso, esta vez en una charla con un responsable de compras, haciendo referencia a una prestigiosa marca de herramientas que había sido una referencia en el mercado, reconocida por usuarios, compradores, etc y que actualmente había visto reducido drásticamente su catálogo. Había pasado a ser la segunda marca, la opción barata, dentro del grupo empresarial al que ahora pertenecía, pasándose a fabricar en China y perdiendo muchas de las características que la habían hecho ser un número uno.

En algunos casos la empresa, los trabajadores, los clientes y los stakeholders pueden tener la sensación de que la empresa, por su historia,  por sus recursos, por la situación del mercado, etc., que “nada malo" puede suceder, que lo que ha funcionado históricamente servirá en el futuro pero como se ve en el video que encabeza post todo cambia y a una velocidad de vértigo.

La competencia es más feroz, la comunicación y acceso a la información, al benchmarking con la competencia,  es mucho más veloz, los clientes piden muchas más cosas además de las que históricamente aceptaban y están mucho mejor informados. 

Es mucho más fácil encontrar a nuevos proveedores para un mismo producto o servicio y, en muchos casos, lo hecho anteriormente ya no sirve de nada, aunque sea el motivo por el que la empresa haya llegado hasta el día de hoy.

Si queremos favorecer, que no asegurar,  el futuro de las organizaciones  es imprescindible desafiar, poner en duda, las reglas existentes aunque hayan sido la base del éxito que las ha llevado hasta el día de hoy.

Seamos valientes y planteémonos cómo sería la empresa, sus productos, sus servicios, la calidad de los mismos, si se rompiera con los tabús históricos que se pasean por la empresa como si fueran una barrera infranqueable. Los mismos que están en boca de todos repetidas veces en el día a día pero a los que nadie encuentra el momento ni la manera de poder enfrentarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario