lunes, 10 de noviembre de 2014

¿Trabajar para el diablo ?


Hace unos días que asistí a una reunión con todos los responsables de los diferentes departamentos  incluidos los directores de planta de un grupo de varias empresas. En esta reunión se trataron diferentes temas importantes para las diferentes empresas y en una de las intervenciones de uno de los responsables dijo una frase que me llamo la atención: “no podemos seguir trabajando para el diablo”.

Me pare a pensar cuál era el mensaje que estaba intentando transmitir al resto de personas de la organización y puso un ejemplo muy claro: Muchas veces nos dedicamos a solventar los problemas de calidad, como las incidencias o las reclamaciones de cliente, y nos quedamos a hacer horas y horas para solventar estas reclamaciones de cliente o incidencias, sin embargo no pensamos en que una mejor opción sería  desarrollar un nuevo sistema de tratamiento de las reclamaciones, o trabajar proactivamente con producción para reducir estas incidencias. Eso es lo que muchas veces no hacemos,  no nos paramos a pensar de qué forma o modo podemos hacer las cosas de otra manera, para que sea mucho más eficaz.

Cuando realizamos nuestras tareas cada día no pensamos realmente cuál es el trabajo que nos aporta valor y cual  cuál no, simplemente intentamos  realizar de la mejor manera posible nuestro trabajo  y no nos paramos a reflexionar ni por un momento, si el trabajo que estamos realizando es eficiente y eficaz en el cumplimiento de nuestros objetivos que nos imponemos diariamente o si dedicamos una parte importante del tiempo a hacer de bombero e ir apagando fuegos que nos surgen en nuestro día a día.

Nuestro uso del tiempo en la nuestra empresa debería estar enfocado al cumplimiento de nuestros objetivos de la forma más eficiente posible, pero en realidad no es eso lo que todo el mundo hace.

La dura realidad es que la gente usa el tiempo de la forma en que “cree” que le ayuda a resolver  las tareas mejor pero realmente no nos paramos a pensar si realizando las tareas de otra manera seríamos más efectivos. Si dejaríamos de dedicar horas y horas a realizar nuestro trabajo, consiguiendo nuestros objetivos marcados de una forma más rápida y eficaz, ni dedicaríamos tiempo fuera de horas de trabajo a resolver estas tareas, si desaparecería de nuestra cabeza la idea de que faltan horas para realizar nuestro trabajo.

En resumen: ¿Trabajar más?, NO. Aportar más valor, SÍ.

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